
Amo la inmersión dominguera en la naturaleza salvaje del monte mediterráneo: orugas, ortigas, hormigas, cadáveres de pájaros y huellas de jabalís. Todo ello bien regado con recio vino del priorato que hace soportable tanto derroche de pirotecnia orgánica.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio